Aprende cuál es la metodología de trabajo para ser un entrenador de éxito y cómo interactuar de forma eficaz con tus deportistas.
Índice de contenidos
- Introducción
- Valoración inicial y seguimiento
- Planificación del entrenamiento
- Didáctica en los entrenamientos
- Conclusión
- Introducción
En primer lugar, para una correcta relación y comunicación entre el entrenador y el deportista, debemos tener claro cómo debe comportarse cada uno durante el entrenamiento.
Por un lado, en base a nuestra experiencia, el entrenador debe presentarse ante el deportista como un guía, estableciendo una relación entre iguales. Es cierto que el entrenador es quien tiene los conocimientos necesarios para disponer los entrenamientos, pero adoptar una actitud imperativa puede crear rechazo en su cliente. Por tanto, este debe elaborar los objetivos del entrenamiento conjuntamente con el practicante, presentándole propuestas de entrenamiento motivantes, enseñándole con paciencia la técnica de ejecución adecuada en cada ejercicio y corrigiéndole cada vez que sea necesario.
Por otro lado, el alumno debe implicarse activamente en los entrenamientos. La regularidad y la actitud son clave para alcanzar los objetivos que se ha establecido conjuntamente. Para ello es vital mantener la continuidad y la motivación en los entrenamientos, siendo necesario ejercitarse al menos 3 veces a la semana.
- Valoración inicial y seguimiento
Para poder realizar los entrenamientos con seguridad es muy importante que el entrenador lleve un control de su cliente. Por ello, en primer lugar, recomendamos que el deportista rellene un cuestionario de salud inicial. De este modo, obtendremos información acerca de las enfermedades, lesiones o molestias que sufre o ha sufrido el sujeto, pudiendo escoger de este modo la estrategia más adecuada en cada caso. Así mismo, también recibiremos datos referentes a sus hábitos de vida (por ejemplo, nivel de actividad, calidad del sueño, consumo de tabaco o alcohol, etc.). Gracias a ello tendremos una visión más precisa del estado de salud general del cliente. Si quieres saber más al respecto, visita este otro artículo donde conocerás uno de los cuestionarios más utilizados para averiguar los problemas de salud del deportista.
Seguidamente, sugerimos realizar una valoración de la amplitud de movimiento del cliente mediante tests básicos. Es muy importante comprobar que el deportista no sufre restricciones en el movimiento de las articulaciones más importantes: la rodilla, la cadera y el hombro. No olvidemos que las articulaciones son predominantemente móviles o estables y, cuando estas no cumplen su función, las regiones adyacentes se ven afectadas (si quieres saber más al respecto, visita este otro artículo).
Tras la valoración de la movilidad, tenemos la información necesaria para llevar a cabo la primera sesión de entrenamiento. Sin embargo, esta será en realidad una sesión de observación que servirá para tener una primera toma de contacto con el cliente dentro de la sala de entrenamiento y, al mismo tiempo, analizar la motricidad y el control cinestésico (percepción del movimiento) del deportista.
Por último, cabe remarcar que las valoraciones de los clientes deben llevarse a cabo de forma repetida durante todo su programa de entrenamiento (seguimiento) para poder evaluar el progreso y, de este modo, verificar si las estrategias utilizadas están siendo eficaces. Por ello, es verdaderamente importante volver a valorar los tests que han dado un mal resultado, así como incorporar otros nuevos que nos aporten información relevante, como de estabilidad articular o fuerza. De hecho, la mejora en los resultados de los tests de valoración es la mayor evidencia de que se está progresando en las primeras etapas de entrenamiento. Si no lo comunicamos al cliente, este puede pensar que no ha avanzado en absoluto debido a que los cambios perceptibles a simple vista suelen tardar más tiempo en llegar.
- Planificación del entrenamiento
Una vez el entrenador ha elaborado un perfil de su cliente con todas sus particularidades, se encuentra preparado para planificar los entrenamientos teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
- Qué capacidades pretende desarrollar: amplitud de movimiento, estabilidad articular, fuerza, velocidad, resistencia, potencia,….
- Qué ejercicios utilizar y cuáles son los equipamientos (ver el siguiente artículo) más adecuados en cada caso.
- Cómo organizar cada entrenamiento prestando atención a:
- Qué intensidad utilizar. Por ejemplo, en caso del entrenamiento que busque prioritariamente la hipertrofia, conviene utilizar entre un 60 y un 70% del 1RM (una Repetición Máxima).
- Qué duración deben tener los estímulos. Por ejemplo, si queremos mejorar la velocidad de reacción de desplazamiento del deportista, debemos realizar una salida con máxima intensidad y velocidad que rompa la inercia de partida. Esta se desarrolla en una distancia inferior a 5 metros, lo que representa un tiempo menor a 3 segundos.
- Qué tiempos de pausa realizar entre series y ejercicios. Por ejemplo, cuando trabajamos la fuerza-potencia, se requiere realizar recuperaciones de 3 a 6 minutos para poder restaurar o incluso supercompensar los depósitos de fosfocreatina. Además, al igual que en el ejemplo anterior, los descansos insuficientes incrementan la participación del sistema glucolítico no oxidativo.
- Qué tiempos de recuperación debe haber entre sesiones. Por ejemplo, tras realizar una sesión de resistencia anaeróbica, el periodo de recuperación que permite adaptarse al estímulo y no acumular una fatiga residual son 72 horas.
- Didáctica en los entrenamientos
En este punto vamos a abordar cómo debe desenvolverse el entrenador dentro de cada sesión. Para esto, dividiremos el proceso en dos apartados: por un lado, cuando explicamos y mostramos el ejercicio, y por otro lado, cuando el alumno lo realiza.
Explicación y demostración del ejercicio por parte del entrenador
En primera instancia, el entrenador debe ajustar el equipamiento para realizar la demostración. A la hora de efectuar el ejercicio, las indicaciones verbales deben ser lo más claras y concisas posible. De lo contrario, el deportista puede verse abrumado con muchos conceptos y asimilar muy poca información. Además, no solo se debe mostrar la forma correcta de realizar el ejercicio, también los errores más comunes al realizarlo, acentuando la respiración de forma exagerada para que el alumno perciba e interiorice que, en los ejercicios dinámicos, debe inspirar en la fase excéntrica del movimiento y espirar en la fase concéntrica. En el caso de ejercicios isométricos, conviene enseñarle a contar el tiempo por ciclos respiratorios para que mantenga una respiración adecuada.
Ejecución del ejercicio por parte del alumno
Una vez el entrenador ha reajustado el equipamiento en base a la envergadura del deportista, comienza la fase en que el alumno realiza el ejercicio. En este momento, debemos controlar la ejecución utilizando diversos recursos:
- Podemos realizar un posicionamiento postural adecuado mediante la manipulación, por ejemplo, de su pelvis o su cintura escapular, ya que los sujetos principiantes tienen una pobre percepción corporal y presentan problemas al reproducir estos movimientos pese a haber sido mostrados por su entrenador.
- También podemos utilizar contactos táctiles precisos en los músculos que se han de activar o en los que se han de relajar. Esta técnica es muy útil cuando el deportista no consigue una buena activación del músculo principal.
Así mismo, durante la realización del ejercicio, el entrenador debe prestar atención a que el deportista conserve el patrón de movimiento adecuado, mantenga una velocidad correcta (no se aproveche de las inercias), permanezca estable y realice la respiración como se le ha explicado.
Como entrenadores, además de controlar la ejecución también podemos facilitarla, es decir, ayudar al deportista. Cuando el alumno es principiante, será necesario realizar adaptaciones de los ejercicios que supongan una alta complejidad para este. Por ejemplo, en el caso de que pretendamos realizar unas flexiones de brazos, en las primeras etapas recurriremos a pasos previos como colocar las manos en una superficie elevada, en un TRX donde se puede ajustar la inclinación o incluso con las manos apoyadas en una pared.
En el caso de trabajar con deportistas de nivel intermedio o avanzado, la ayuda se realizará con dos finalidades: por un lado, para asistir el movimiento cuando queremos acentuar la fase excéntrica y, por otro lado, para dar seguridad cuando el deportista tiene un alto grado de fatiga o va a utilizar intensidades máximas.
Para garantizar una ayuda segura en estas situaciones, se deben cumplir las siguientes condiciones:
- El entrenador debe dominar la técnica del ejercicio que se va a realizar. De lo contrario, no sabrá cuál es el punto de menor ventaja mecánica y, por tanto, donde el deportista corre mayor riesgo de fallar.
- Antes de iniciar una serie, se debe acordar con el practicante las repeticiones que se van a llevar a cabo, así como garantizar que no va a haber distracciones durante la ejecución del ejercicio.
- El entrenador ha de tener la fuerza suficiente para sacar el peso de la posición crítica en un momento determinado, haciéndolo además en una postura que le permita aplicar toda su fuerza de una forma segura.
- Si la ejecución no se realiza de forma correcta, el entrenador puede intervenir para corregir al practicante, dando las explicaciones pertinentes una vez finalizado el ejercicio.
- Conclusión
En definitiva, el entrenador debe ser riguroso y valorar de forma eficaz la condición física previa del deportista, planificar los entrenamientos en base a la información obtenida y tener una comunicación muy clara y concisa con el deportista durante los entrenamientos para que este se sienta correctamente atendido y alcance sus metas. Sin embargo, la obtención de resultados depende de otros factores, como son la alimentación del deportista, la correcta hidratación y la recuperación.
Para dar un servicio más completo, sugerimos incorporar a todo lo descrito en este artículo, una valoración inicial de la composición corporal, la entrega de planes nutricionales adaptados y realización evaluaciones periódicas para llevar a cabo un seguimiento del proceso.
Debido a la problemática que supone incluir servicios como estos que corresponden más a la labor de un nutricionista que a la de un entrenador, Instituto ISAF pone a tu disposición formaciones que te darán las herramientas necesarias para dar el asesoramiento nutricional más práctico y completo, con planes nutricionales elaborados por dietistas colegiados que podrás aplicar directamente con tus deportistas.
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