¿Cuáles son los principios del entrenamiento funcional?

¿Qué fue antes el entrenamiento o el movimiento?

¿Nos movemos para entrenar o entrenamos cuando nos movemos?

¿Qué fue antes? ¿El huevo o la gallina?

Divertimentos de coctelería aparte, todas estas preguntas tienen un sentido a la hora de encontrar una definición plausible para el concepto de entrenamiento funcional que, en cualquier caso, es un cóctel personalizado, un traje a medida.

Y no es ninguna broma, tú eres tú y si vas a entrenar de verdad, va a ser mejor que te conozcas en profundidad para sacar el mayor partido a esta metodología de entrenamiento deportivo que lleva años haciendo furor entre famosos de hollywood y deportistas de Élite.

¿Qué es el entrenamiento funcional? Seamos prácticos y empecemos cogiendo el rábano por las hojas para luego excavar y sacarlo enterito.

El entrenamiento funcional es precisamente eso, lo que su propio nombre indica: un entrenamiento deportivo que mejora la función del que lo realiza: Salud o Rendimiento. Y que quede claro, absolutamente claro, un objetivo personal que, a su vez, estará relacionado con tu cuerpo y tu mente.

Basado en técnicas de fisioterapia, medicina deportiva y sesiones de rutina de rehabilitación, el entrenamiento funcional se pasea con ropajes tan nuevos como innovadores por los gimnasios y las sesiones de rutina deportiva de entrenadores personales así como por los centros en los que se imparten cursos deportivos.

No se trata tanto de alcanzar un objetivo físico como levantar grandes cantidades de peso o realizar infinitas repeticiones en el mínimo tiempo posible hasta caer desmayado sino en referencia al objetivo personal incrementar la saludo, recuperarme de una lesión o mejorar el rendimiento en un deporte.

El entrenamiento funcional no es solo un concepto, es una forma de entender el entrenamiento con el foco puesto limpiamente sobre un objetivo. Para alcanzar ese objetivo con garantía de éxito óptimo rendimiento y permanencia en dicho objetivo podemos definir una serie de principios que dan sentido a la estructura y al concepto de entrenamiento funcional.

En primer lugar, estaremos de acuerdo en que para construir una estructura corporal sana y potente es preciso crear unos cimientos ¿verdad? Pues, hagámoslo desarrollando una base física de fuerza estructural-postural, una amplitud de movimiento óptima y unos patrones coordinativos iniciales que nos servirá de sustento para los siguientes pasos en la planificación funcional.

En segundo lugar, podemos destacar la sastrería a medida como condición indispensable en el proceso porque en tu entrenamiento funcional solo cabes tú. Puedes probar cumplir rutinas de internet en redes o la de tu mejor amigo, será mejor que no insistas, jugarás en tu contra un error y te tocaría deshacer ese nudo.

Todo, absolutamente todo el desarrollo de la actividad incluida en un entrenamiento funcional está diseñado en función de tus características genéticas, historial de lesiones, condición físicas, etc. Ya sé que no se lleva mucho eso de la exclusividad pero eso es por esta homogeneidad que parece llenarlo todo, parece porque lo que de verdad importa marca la diferencia y lo que de verdad importa eres tú, tu objetivo y tu implicación.

¿Cuál es el método de trabajo en un entrenamiento funcional? Sencillamente el que mejor que se adapte para conseguir el objetivo que te has marcado sin apretarte tanto las clavijas que acabes tirando la toalla a medio camino o peor aún lesionándote. Piensa que se trata de un tipo de entrenamiento que integra todas las facetas del movimiento, todo tipo de equipamientos e infinidad de ejercicios variados, en el que puedes ir alternando el trabajo sobre los diferentes sistemas energéticos, acciones musculares y posiciones corporales.

Una vez que inicias con determinación el camino del entrenamiento funcional adquieres otra manera de afrontar tu vida cotidiana, no se trata de un trabajo aislado realizado en un gimnasio tradicional o en una sala equipada para la ocasión. Tu cuerpo es tu frontera y para ir ganando expansión, definición y resistencia hay que trabajar desde dentro y en todas las direcciones posibles que el movimiento humano nos permita.

¿Y qué me dices de racionalizar el esfuerzo, de sistematizar la rutina con intervalos de descanso, de conseguir los objetivos a medio o largo plazo?

Perdona que me adelante pero esas preguntas que parecen estar tan descompasadas de los tiempos en los que la inmediatez nos persigue como un tigre hambriento, encierran el secreto del éxito del entrenamiento funcional.

Directamente sí a todo y el objetivo será tuyo.

No olvidemos que el entrenamiento funcional encuentra una de sus raíces en los periodos de rehabilitación tras cirugías o recuperación de lesiones, para hacer que todo empaste de nuevo hay que ser, sí, perseverantes y pacientes.

Te vas a sumergir en una experiencia de crecimiento físico y mental apasionante.

Recuerda llevar perseverancia abundante.

Demos al cuerpo lo que necesite y lo devolverá con acción ante la exigencia.

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