Entrenamiento Inestable: ¿Es Realmente Útil?

En este artículo se basa en una disertación del Profesor Mario Di Santo, en la cual se analiza el entrenamiento inestable, que ha sido un tema de debate en la comunidad científica del deporte. Investigadores como David Behm, de la Universidad de Newfoundland (Canadá), han sido pioneros en su estudio, analizando su impacto en el rendimiento motor y su aplicabilidad en el entrenamiento deportivo. En este artículo, exploraremos los hallazgos más relevantes sobre esta metodología, sus ventajas y limitaciones.

Efectos de la Perturbación Mecánica en el Rendimiento Motor

Uno de los descubrimientos iniciales en la investigación del entrenamiento inestable es que la perturbación mecánica reduce la prestación motora. Esto se debe a que la necesidad de mantener el equilibrio y lidiar con inestabilidades disminuye la capacidad de reclutamiento de unidades motoras, lo que conlleva una caída en la expresión de fuerza de entre 40% y 60% en comparación con ejercicios en superficies estables.

Un ejemplo clásico es el estudio de Jeff Berson (Universidad de Chicago), que comparó la fuerza en press de banca en condiciones estables e inestables. Se observó que los sujetos entrenados en superficies inestables aumentaban su fuerza en menor medida que los entrenados en condiciones estables. Sin embargo, el grupo entrenado en inestabilidad aprendió a no perder tanta fuerza ante perturbaciones, reduciendo la caída en rendimiento de un 40-60% a menos del 7%.

Perspectivas en la Aplicación del Entrenamiento Inestable

Existen tres posiciones principales en la comunidad científica sobre el uso de la inestabilidad en el entrenamiento:

  1. Enfoque Integral: Algunos expertos, como Carmelo Pitera y Carmelo Bosco, sostienen que el deporte siempre implica perturbaciones cognitivas y mecánicas. Por lo tanto, proponen que el entrenamiento debe integrar ambas dimensiones para mejorar la adaptación del atleta.

  2. Enfoque de Estabilidad Máxima: Otros investigadores sugieren que toda perturbación disminuye la expresión de fuerza y, por ello, se debe entrenar sin inestabilidades para alcanzar el máximo desarrollo de la capacidad motora.

  3. Enfoque Mixto: La postura más equilibrada sostiene que se deben entrenar ambos aspectos de manera complementaria. Es decir, primero potenciar la fuerza en condiciones estables y luego incorporar la inestabilidad de manera progresiva.

El Papel de la Anticipación Postural en el Entrenamiento Inestable

El entrenamiento inestable no solo afecta la fuerza, sino que también juega un papel clave en la anticipación estabilizadora. Se ha observado que los atletas que saben que enfrentarán una superficie inestable desarrollan una mayor anticipación gama postural, preparando su sistema motor para lidiar con la inestabilidad antes de ejecutar el movimiento.

Desde la perspectiva de la teoría de los sistemas dinámicos, el manejo de la perturbación es una herramienta didáctica esencial, siempre que se administre de manera progresiva para evitar pérdidas innecesarias en el rendimiento motor.

Conclusión

El entrenamiento inestable es una estrategia valiosa, pero debe utilizarse con criterio. Si bien no es la mejor opción para desarrollar fuerza máxima, sí mejora la capacidad de adaptación a perturbaciones mecánicas y cognitivas, lo cual es clave en el contexto deportivo. Su aplicación debe realizarse de forma progresiva, asegurando primero la correcta ejecución técnica en condiciones estables antes de incorporar elementos de inestabilidad.

Referencias:

  • Behm, D. (Universidad de Newfoundland)
  • Berson, J. (Universidad de Chicago)
  • Pitera, C. & Bosco, C. (Laboratorio de Roma)
  • Crece, S. (2007)

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