El entrenamiento en suspensión, también conocido como TRX, (Total-body Resistance Exercise)-ejercicio anaeróbico de resistencia de todo el cuerpo-, es un tipo de disciplina deportiva nacida de la sencillez y destinada a alcanzar los resultados más ambiciosos teniendo como eje central y herramienta principal el peso del cuerpo.
La historia del entrenamiento de suspensión que, dicho sea de paso, como tantas otras historias relacionadas con el deporte, daría para una película de largo metraje o una serie de varias temporadas, comienza en el ejercito de los Estados Unidos cuando la Navy Seal, que es la fuerza de operaciones especiales del ejercito del país norteamericano, investiga y encuentra un tipo de disciplina deportiva que se puede practicar, obteniendo buenos resultados, en espacios reducidos, durante un tiempo de entrenamiento relativamente corto y con material escaso.
Es entonces cuando la mente humana demuestra, una vez más, ser capaz de lograr los más sorprendentes resultados sometida a presión y con pocas herramientas, es entonces cuando descubre, crea y desarrolla el entrenamiento en suspensión, la fórmula perfecta: trabajar todos los grupos musculares ofreciendo como resistencia el propio peso del deportista y en un espacio pequeño.
Como la pólvora, la nueva disciplina deportiva corrió por cada cuartel de los Navy Seal, por cada submarino y por cada barco hasta desbordarse y alcanzar a la sociedad civil que recibió la nueva modalidad de entrenamiento con los brazos abiertos. A día de hoy, se trata de una de las disciplinas más eficaces para conseguir los mejores resultados con un riesgo de lesión muy bajo.
¿Cómo? Pasen y lean.
El entrenamiento en suspensión es un entrenamiento funcional en el que el deportista aprovecha su propio peso como herramienta para ejercitar todos y cada uno de los grupos musculares de su cuerpo y no precisamente como estamos acostumbrados a hacerlo al realizar un entrenamiento de una forma, digamos, más tradicional. Nada que ver. Al entrenar en suspensión el trabajo muscular se produce de forma simultánea, no hay circuito ni grupos aislados trabajando en una sucesión de series, el cuerpo entero está sometido a la rutina del entrenamiento. El cuerpo y la mente, por supuesto.
Pero ¿Y eso cómo se hace? ¿Cómo es posible que trabaje el cuerpo entero, cada músculo? ¿Qué herramientas hacen falta, además del propio cuerpo, que eso ya ha quedado claro? ¿Quién puede practicar este tipo de entrenamiento? ¿Es solo para deportistas de élite? ¿Está recomendado para quienes practican otros deportes?
Lógico, batería de preguntas.
Estamos hablando de un tipo de entrenamiento aún bastante desconocido. Un entrenamiento que genera todo tipo de preguntas cuando los interesados acuden a un centro deportivo para formarse o para practicarlo y ven los tirantes o cintas de entrenamiento que cuelgan del techo o de las paredes, los anclajes, las anillas, tiradores y barras que van a permitir la iniciación y que, presuntamente, van a servir para colgar su cuerpo, practicar posturas y coordinar movimientos para obtener los mejores resultados en función de los objetivos y todo ello, repetimos, con un riesgo de lesión muy bajo.
Sí, es cierto, despista pero poco, porque, a nada que se haya informado mínimamente, el alumno o deportista que tiene claros sus objetivos, se familiariza rápidamente con el entorno y sus elementos gracias a la supervisión y los consejos del profesional que lo introduce en el mundo del entrenamiento en suspensión.
En cuanto a las personas que pueden practicar esta disciplina deportiva, la respuesta no puede ser más alentadora, prácticamente todas aquellas que quieran. Así de sencillo. El entrenamiento en suspensión ofrece tal variedad de rutinas y dispone de un índice de adaptaciones tan variado que, insistimos, cualquier persona interesada puede iniciarse en él. Eso sí, avisamos, engancha y no se trata solo de un juego de palabras.
¿Por qué engancha el entrenamiento en suspensión? Por su versatilidad, sin duda.
Practicando entrenamiento en suspensión se consiguen resultados que también están al alcance trabajando con rutinas combinadas de entrenamiento más tradicionales, es cierto.
La ventaja es que, entrenando en suspensión, los ejercicios parecen cundir tres veces más y no es que lo parezca es que es así. El entrenamiento en suspensión es como una gran caja que puede albergarlo todo. Todo.
El entrenamiento en suspensión, cuyo eje se encuentra en la parte central del cuerpo, incrementa el rendimiento deportivo a la vez que disminuye el riesgo de lesiones, ésta es una de las ventajas más evidentes de trabajar exclusivamente con el peso del propio cuerpo pero no la única, porque con el entrenamiento en suspensión también se aumenta la fuerza a la vez que se mejoran la flexibilidad y la amplitud de movimientos sin dejar atrás el gran trabajo que se lleva a cabo en equilibrio y coordinación. Insistimos, una gran caja en la que se trabajan todos los sistemas de forma simultánea.
Ahora ya sabes algo más acerca del entrenamiento en suspensión y supongo que sentirás asombro pensando que una disciplina de entrenamiento tan versátil y sugerente haya tenido su origen en el ejercito pero es que, como decíamos al principio, las mejores ideas surgen de la necesidad y ésta, sin duda, es una de ellas.