¿En qué situación es recomendable seguir un entrenamiento aeróbico?

En cualquier situación de práctica deportiva en la que el entrenamiento aeróbico sea una herramienta para mejorar la capacidad física aeróbica, aportando beneficios para conseguir resultados óptimos en diversas disciplinas deportivas.

Claro está que recibir una respuesta como esta, serviría también para dar la vuelta a la pregunta ¿En qué situación no es recomendable seguir un entrenamiento aeróbico?

Y la respuesta, teniendo en cuenta que el escenario es siempre deportivo y el atleta una persona con las condiciones físicas adecuadas para la práctica deportiva, bien podría ser sencillamente: en ninguna.

El entrenamiento aeróbico es un activador del organismo que trabaja y fortalece el sistema cardiovascular, una condición tan necesaria para una persona que busca perder peso, sin más pretensiones, como para un atleta de élite que persigue objetivos deportivos de alta competición. Y por supuesto, para todos los términos medios que se encuentran entre estos dos extremos.

En definitiva, el entrenamiento aeróbico es recomendable, ya sea como núcleo del entrenamiento o como complemento esencial.

Los profesionales recomiendan generalmente el entrenamiento aeróbico a los deportistas, independientemente de la disciplina deportiva que realicen o de los objetivos que persigan, del mismo modo que insisten más en el entrenamiento aeróbico en casos de prácticas deportivas concretas. ¿Cuáles son esos casos en los que es especialmente recomendable seguir un entrenamiento aeróbico?

Hablando de forma general, el entrenamiento aeróbico está especialmente indicado para aquellos deportistas que desarrollan disciplinas deportivas de intensidad media o baja y de larga duración, como pueden ser carrera de fondo, ciclismo, patinaje, natación, aerobic, senderismo o ciclismo.

Y, la verdad, es que no es muy complicado descubrir el motivo.

El ejercicio aeróbico activa el metabolismo aeróbico, es decir, el cuerpo entra en entorno metabólico en el que el consumo de grasas es más elevado, además estimula el sistema cardiovascular, consiguiendo mejorar tanto el aspecto como la forma física de un modo saludable.

El entrenamiento aeróbico está especialmente indicado para atletas que practican una disciplina deportiva como correr, nadar, patinar, tenis, etcétera. Y también, para atletas para los que la práctica deportiva va más allá de la afición y se convierte en una actitud vital, en una forma de estar en el mundo. En este sector se encuentran las dos categorías más destacadas, la de los deportistas profesionales y la de los aficionados (personas que acuden a un gimnasio y realizan entrenamiento aeróbico dentro o fuera de las instalaciones).

Son deportistas de continuidad en sus rutinas deportivas y todos encuentran en el entrenamiento aeróbico un hilo conductor. La mayoría de ellos practican ejercicios de intensidad media y larga duración y otros, incorporan el entrenamiento de resistencia para obtener mejores resultados en sus respectivas disciplinas.

El tipo de entrenamiento personalizado depende de muchos factores que van desde la condición física del atleta a sus gustos, pasando por las cualidades innatas y por desarrollar; la disponibilidad de tiempo o las metas que el deportista se proponga conquistar.

Si analizamos alguna de estas disciplinas deportivas, que practica el común de los mortales, con un poco más de detenimiento, entenderemos mejor la relación entre ellas y el entrenamiento aeróbico.

Por ejemplo, en el caso de los nadadores, la práctica de ejercicio aeróbico proporciona aumento de la capacidad pulmonar y reducción de grasa corporal, dos beneficios que, a todas luces, mejoran la práctica de la disciplina deportiva elegida.

¿Y qué ocurre, por ejemplo, con los corredores?

Correr es una de las prácticas deportivas que más adeptos ha ganado en la última década.

¿Por qué es tan saludable y beneficioso este entrenamiento aeróbico cuando está bien planificado y diseñado? Probablemente, porque uno de los beneficios directos que obtienen los corredores es el aumento de la resistencia trabajando con una intensidad baja, aportando al organismo la cantidad de oxigeno necesaria para mantener la actividad durante más tiempo y así mejoran su forma y rendimiento y consiguen estar capacitados, física y mentalmente, para un progresivo aumento de intensidad.

¿Y qué hay del deportista profesional que tiene un objetivo concreto?

¿Es recomendable que siga un entrenamiento aeróbico? Pues desde luego, si lo del objetivo va en serio, no solo es recomendable, sino que el entrenamiento aeróbico es absolutamente imprescindible. Para alcanzar objetivos deportivos la suma de ejercicio aeróbico y de entrenamiento anaeróbico, es la combinación perfecta para ganar fuerza y resistencia, el binomio que define el “ser o no ser” de los deportistas de alta competición.

Ya lo estás viendo, realizar un entrenamiento aeróbico recompensa al organismo y, además, lo prepara para esfuerzos mayores porque fortalece el sistema cardiovascular; mejora la presión sanguínea; aumenta la capacidad pulmonar; reduce la grasa corporal si se combina con una alimentación equilibrada; aumenta la fuerza y resistencia físicas y reduce los niveles de colesterol y glucosa en sangre.

A la luz de estos beneficios, resulta complicado imaginar en qué situación no es recomendable seguir un entrenamiento aeróbico. Independientemente de que hablemos de deportistas aficionados o profesionales, la práctica aeróbica jugará siempre a tu favor.

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