Muchos suplementos de proteínas no son tan efectivos como dicen ser. En ocasiones, la proteína real puede ser menos de la mitad de lo que promete el envase, por lo que resulta más barato que otros.
Esta práctica es tan usual que ya ha provocado demandas colectivas. El año pasado, una marca respaldada por el famoso Arnold Schwarzenegger fue demandada por usar etiquetado engañoso.
Labdoor) en lugar de usar éste, utilizó otro método denominado HPLC (cromatografía líquida de alto rendimiento). Con éste (HPLC), se pueden separar proteínas enteras de aminoácidos bajo alta presión para luego medir cada uno de esos componentes individualmente. Como resultado, pudieron ver que hasta el 64% de la proteína que incluía su información nutricional estaba sustituida por aminoácidos más económicos.
A pesar de utilizar el método Kjeldahl para analizar este tipo de productos, para muchos consumidores pasa desapercibido este tipo de investigaciones. Los deportistas de élite intentan consumir suplementos seguros y que no contengan sustancias prohibidas que pongan en peligro el éxito de su carrera deportiva. Gracias a este tipo de deportistas, existe la alternativa de que el producto pueda ser probado por un laboratorio de terceros, con métodos más fiables e innovadores.